Te inventé. Con imaginación de obsecionada construí un mundo ficticio entre vos y yo, mientras paralelamente, la realidad mantenía el bulgar y triste estatus de nuestra relación.
Hoy después de meses tejiendo nuestra invisible relación, la realidad irrumpe de golpe en mi imaginación, convirtiendome en una simple ilusa que estuvo largos días construyendo algo que nunca existió fuera de la sinápsis de mis neuronas.
Ahora, debidamente asimilada la locura, es hora de destruirlo todo. Pedazo a pedazo voy a aniquilar la ilusión.
Compañere, ojalá nunca te toque padecer la tediosa labor de destruir una idea anhelada, la destrucción en ocaciones es inumerablemente más complicada de llevar a cabo que la construcción.
Cuki
esa destruccion te destruye inhebitablemente el cerebro cada vez mas..
ResponderEliminardespues los odias
pero los anhelas mas que nunca
es como que, te entiendo tanto.